Capítulo 10. El aprendizaje permanente en el contexto de la sociedad del conocimiento (Carmen Montalbá Ocaña).
El capítulo 10 comienza haciendo mención al desarrollo de diferentes conceptos presentes a lo largo de su lectura, como son: sociedad del conocimiento, el aprendizaje permanente y formación por competencias.
El término sociedad del conocimiento fue determinado por Druker en 1959 y hace referencia a una nueva economía cuya productividad ya no hace referencia tanto al capital, trabajo o las materias primas, sino al conocimiento. Este nuevo término se relaciona, confunde e interacciona con la llamada sociedad de la información y la sociedad red.
Asimismo, el término de conocimiento permite aglutinar más actividades junto con el desarrollo de las TICS.
El "Memorándum sobre el aprendizaje permanente" de la Comisión Europea (2000) estableció conclusiones del Consejo Europeo de Lisboa y planteó que la tendencia a un aprendizaje a lo largo de la vida ha de acompañar la transición hacia una economía y una sociedad basadas en el conocimiento para que esta pueda tener éxito".
Sin embargo, también se habla del concepto de sociedad de la ignorancia. Entre los factores que determinan este nuevo término, se encuentran:
- El crecimiento exponencial de la información a partir de múltiples fuentes.
- Ritmos de una sociedad que no permiten la pausa para la reflexión o la correcta selección.
- El cambio permanente se vincula a la incertidumbre, al desconocimiento sobre los itinerarios posibles o la pérdida de verdades absolutas.
- La pérdida de la historia como referente del conocimiento.
- La ciencia moderna compartimentada.
- Asumir que el ser humano se muestra limitado frente a la saturación de la información que le ofrece el mundo moderno.
Por otro lado, la incertidumbre y el cambio constante son rasgos de la nueva coyuntura económica, que exigen el desarrollo de un orden industrial y organizacional capaz de adaptarse al cambio rápidamente y al menor coste mediante el uso flexible de todos los recursos.
La competitividad junto con la flexibilidad aparecen como imperativos, estrategias necesarias en el contexto socioeconómico actual.
La sociedad del conocimiento se rige por una organización económica en torno al principio de maximización de la productividad basada en el conocimiento, por medio del desarrollo y la difusión de las TICS.
La formación de competencias o educación permanente deben orientarse en la productividad. El concepto de educación permanente engloba múltiples experiencias que se pueden dar a lo largo de la vida de una persona y en diversos escenarios. El término nace en los años 70 de mano de organizaciones como la UNESCO, el Consejo de Europa, la OCDE y el Club de Roma.
Este concepto propone una visión integral y permanente de la educación. La educación está constituida por cuatro aprendizajes fundamentales: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser.
También, este concepto dota de contenido al paradigma de la nueva educación con la quinta conferencia internacional sobre educación de adultos de la ONU, conocida como la Declaración de Hamburgo de 1997, donde se expresa el deseo de derribar fronteras y dicotomías sobre la educación y la vuelta a una visión humanista e integral de la misma.
El verdadero impulso que adquiere este término viene en manos del Consejo de la Unión en Lisboa (2000), donde se expresa un verdadero aprendizaje permanente para:
- Favorecer la movilidad de la ciudadanía en el mercado de trabajo europeo con garantías suficientes sobre su capacidad y conocimiento.
- Convertir a Europa en la sociedad y economía más competitivas y dinámicas del mundo basadas en el conocimiento.
En este sentido, el aprendizaje permanente no implica solamente la idea de una formación a lo largo de la vida sino que, exige el establecimiento de canales de comunicación entre el aprendizaje formal, no formal e informal.
- El aprendizaje formal es aquel que se desarrolla en centros de educación y formación para la obtención de diplomas y cualificaciones reconocidas.
- El aprendizaje no formal se desarrolla en paralelo a los principales sistemas de educación y formación, pero no suele proporcionar certificados formales. Puede adquirirse en el puesto de trabajo o mediante las actividades de organizaciones y grupos de la sociedad civil (como asociaciones juveniles, sindicatos o partidos políticos). También, por medio de organizaciones o servicios establecidos como: cursos de arte, música...
- El aprendizaje informal es un complemento natural de la vida cotidiana. Asimismo, éste no es necesariamente intencionado y, por eso, puede ser no reconocido por las personas interesadas como positivo para sus conocimientos y aptitudes.
Respecto a la cualificación y formación por competencias, la Declaración de Copenhague (2002) anuncia la creación de un sistema europeo de cualificaciones a partir de los siguientes objetivos estratégicos:
- Promover la transparencia, la comparabilidad, la transferibilidad y el reconocimiento de competencias y/o cualificaciones entre distintos países.
- Incrementar el apoyo de competencias y cualificaciones a nivel sectorial.
- Desarrollar un conjunto de principios comunes, relativos a la validación del aprendizaje no formal e informal, con el objetivo de garantizar una mayor compatibilidad entre enfoques de distintos países y en niveles diferentes.
Es así como en el año 2009, la Comisión Europea publica el acuerdo sobre el Marco Europeo de Cualificaciones para el Aprendizaje Permanente (EQF-MEC), donde se encomiendan los deberes que los países miembros debieron acometer, fijando como límite los años 2010 y 2012 para el establecimiento de correspondencias entre los respectivos sistemas nacionales de cualificación y crear así un marco común.
En este sentido, Tejada en 1999, establece diferentes estudios sobre el término de competencias, que se establece como: conjuntos estabilizados de saberes y saber-hacer, de conductas tipo; posesión y desarrollo de destrezas, conocimientos y/o actitudes; capacidad de usar conocimiento y destrezas; aplicación de dichas destrezas...
Por otro lado, Vossio (2002), presenta una clasificación bastante clarificadora de las competencias profesionales:
- Competencias específicas: corresponden a conocimientos, destrezas y actitudes requeridas para el desempeño en una actividad profesional específica.
- Competencias genéricas: son comunes a un conjunto de sectores, pero dentro de una misma ocupación.
- Competencias esenciales: aquellas comunes a cualquier ocupación, como pueden ser el uso de idiomas, el dominio de las TICS, las habilidades de comunicación interpersonal, las habilidades de resolución de conflictos etc.
Finalmente, el capítulo hace alusión a la distinción entre la competitividad frente al conocimiento.
La cualificación aparece así como el concepto integrador entre la educación ofertada por el sistema académico y la formación ofertada por sistemas no formales o no reglados, así como el aprendizaje procedente de la experiencia.
En términos generales se requieren más competencias como prerrequisitos para acceder a un puesto de trabajo, así como por la creciente necesidad de formación debido al mayor grado de transformación del trabajo y con la relativamente rápida obsolescencia de los instrumentos de trabajo. El sistema de competencias nace ya que las personas debemos dar respuesta a múltiples circunstancias a lo largo de la vida laboral.
Por otro lado, se encuentra el término de conocimiento. Las competencias parecen romper la dicotomía clásica (personas cualificadas-no cualificadas) al dotar incluso a aquellas personas sin una formación específica de ese reconocimiento de su saber.
Por último, una lectura detallada por Beltrán (2010) al Marco Europeo de Cualificaciones para el aprendizaje permanente determina: el paso de la educación al más amplio de la formación basado en aprendizajes múltiples permite que el conocimiento teórico (saber) quede vinculado a destrezas prácticas y técnicas (comprender), así como a competencias sociales (ser capaz de hacer). También, establece la relación entre teoría y práctica, el paso de la enseñanza al aprendizaje con un papel más protagonista del sujeto que aprende y no del objeto que se deja enseñar y el contexto generador de aprendizaje (no sólo el texto es importante sino, además, la competencia y el conocimiento no formal e informal adquiridos en entornos de aprendizaje, es decir, en espacios de formación.
A continuación, se adjunta la página web sobre el Marco Europeo de Cualificaciones (MEC):
https://www.educacionyfp.gob.es/mc/mecu/marco-europeo.html
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